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Las bases para la acción global en pro de la protección del planeta, el ambiente y el bienestar de las generaciones presentes y futuras tiene su base fundamental en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano también conocida como la Cumbre de Estocolmo, celebrada en dicha ciudad de Suecia, el 5 de junio de 1972. Fue la primera conferencia internacional sobre el ambiente y sentó las bases para la cooperación internacional en la protección del ambiente. Este evento marcó una transformación crucial en la percepción de la humanidad respecto a su relación con el entorno natural y dejó una impresión profunda en la conciencia ambiental a nivel mundial, convirtiendo el 5 de junio como el día mundial del medio ambiente. La conferencia reunió a representantes de 113 países, así como a organizaciones no gubernamentales y otros grupos interesados.

El objetivo de la conferencia era establecer un marco para la cooperación internacional en la protección del medio ambiente y sentar las bases para una política ambiental global. Esta cumbre histórica aportó las bases para futuros acuerdos y conferencias sobre cuestiones ambientales y estableció la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) o UNEP por sus siglas en inglés dedicada a promover la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales teniendo como principales objetivos la cooperación internacional, concientización, desarrollo de políticas, implementación de acuerdos ambientales internacionales, capacitación y educación ambiental, monitoreos, evaluación, y respuestas a crisis ambientales.

La Conferencia de Estocolmo tuvo lugar en un contexto de creciente preocupación mundial por los problemas ambientales, como la contaminación del aire, agua, suelos, la pérdida de biodiversidad y la explotación insostenible de los recursos naturales. El aumento de la conciencia pública y la presión de la sociedad civil influyeron en la decisión de las Naciones Unidas de convocar esta conferencia. La conferencia representó un esfuerzo global para abordar estos desafíos y establecer un marco para la acción ambiental a nivel internacional. Sus resultados se encuentran documentados en múltiples informes y documentos que conformaron la estructura de la conferencia, no existe un único documento que contenga todos los detalles en un único informe.

Así mismo, se estructuró en torno a dos comités principales: el Comité Preparatorio y el Comité Principal. El Comité Preparatorio se encargó de preparar los documentos y materiales necesarios para la conferencia, mientras que el Comité Principal se encargó de las negociaciones y discusiones durante la conferencia. Contó con sesiones plenarias, comités, grupos de trabajo, documentos de trabajo y planes de acción Durante la conferencia, se adoptaron dos documentos principales: la Declaración de Estocolmo sobre el Medio Ambiente Humano y un Plan de Acción. La Declaración de Estocolmo contenía 26 principios y los estableció como los principios fundamentales para la protección del medio ambiente y reconoció que el desarrollo debe ir acompañado del derecho a un ambiente sano.

Por otro lado, El Plan de Acción constaba de tres tipos generales de acción: a) El programa global de evaluación del medio humano (Vigilancia mundial); b) Las actividades de ordenación del medio humano; c) Las medidas internacionales auxiliares de la acción nacional e internacional de evaluación y ordenación. Contenía 109 recomendaciones para abordar los problemas ambientales globales, incluyendo la contaminación del aire y del agua, la deforestación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. El Plan de Acción no tenía un número fijo de páginas, ya que se presentó en forma de resoluciones y recomendaciones. Los documentos fueron adoptados por consenso por los representantes de los países participantes en la conferencia.

Es importante recalcar que, de las 109 recomendaciones del Plan de Acción de la Cumbre de Estocolmo para abordar los problemas ambientales globales, varios apartados estaban enfocados en la conservación y la biología. Como las recomendaciones de la 16 a la 20 incluyen establecer programas para la conservación y el uso racional de la flora y fauna silvestres, sus hábitats, los recursos genéticos, acuáticos, terrestres y energéticos.

No obstante, la mayoría de recomendaciones abogaban por la conservación de la biodiversidad, la protección de hábitats naturales y especies en peligro, la promoción de prácticas agrícolas y pesqueras sostenibles, la gestión responsable de recursos naturales, la reducción de la contaminación ambiental, la cooperación internacional en la conservación y la promoción de la educación ambiental. En definitiva, estas medidas sentaron las bases para la protección del medio ambiente y la biodiversidad a nivel global, estableciendo un compromiso internacional fundamental hacia un futuro más sostenible.

 

 

Fuente:

Diferentes IA: Bing, Bard, Chat GPT y www.un.org

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